HISTORIA Y ORIGEN:

Podemos decir que los orígenes del Cannabidiol (CBD) lo encontramos en los EEUU de América, concretamente en el año 1940 en el departamento de química de la Universidad de Illinois. Pero no fue hasta más tarde, a principios de los años 60, en Israel, donde un equipo de científicos que investigaban las propiedades terapéuticas del cannabis, logró sintetizar y aislar el Cannabidiol (CBD) y Tetrahidrocannabinol (THC) con la finalidad de estudiar los posibles efectos terapéuticos de estas moléculas.

Tras años de investigación, en los años 90, estos científicos lograron demostrar que el cuerpo humano produce de manera endógena unas moléculas muy parecidas a los cannabinoides de la planta del cannabis (fitocannabinoides), a los que llamaron endocannabinoides.

Estas moléculas endocannábicas recibieron el nombre de “Anandamida” y “2AG”, que junto con sus receptores moleculares específicos CB1, CB2 y 5HT1A forman el Sistema endocannabinoide.

Tanto el THC como el CBD son los dos cannabinoides más presentes en la planta de cannabis. La gran diferencia entre los dos es que el CBD no altera el estado de conciencia y es legal, mientras que el THC es psicoactivo y por lo tanto está dentro de la lista de sustancias prohibidas.

SISTEMA ENDOCANNABINOIDE

Es un sistema de comunicación intercelular formado por los endocannabinoides (Anandamida y 2GA) y sus receptores moleculares CB1, CB2, 5HT1A, TRPV… . Este sistema es el encargado del equilibrio homeostático de nuestro organismo, ocupándose de los procesos no conscientes de autoequilibrio como:

• Temperatura
• Apetito
• Crecimiento óseo
• Sueño
• Estado de ánimo
• Tensión muscular
• Ph de la piel
• Dolores
• Nauseas
• Jaqueca

El CBD actúa a través de los receptores 5HT1A (receptores serotoninérgicos del tipo 1) que se encuentran sobre todo en el sistema nervioso central y tracto gastrointestinal consiguiendo un efecto ansiolítico, antidepresivo, relajante, normalizador del humor y regulador del sueño.

El efecto analgésico y antiinflamatorio se debe a que el CBD puede activar los receptores vaniloides de potencial transitorio o TRPV que se encuentran en el sistema nervioso central y periférico, folículos pilosos, adipocitos, vejiga y próstata, encargados de la transmisión, regulación, percepción del dolor y sensibilidad térmica, consiguiendo así modular y aliviar el dolor gracias a sus efectos analgésicos y antiinflamatorios. 

En cuanto a los efectos del CBD como antineoplásico, se han demostrado sus propiedades antitumorales en experimentos in vitro y con animales, aunque aún están pendientes de demostrar en experimentos con humanos. 

¿QUÉ ES EL CANNABIDIOL (CBD)?

El CBD es uno de los dos cannabinoides más importantes. Se encuentra en la planta Cannabis Sativa L, en proporciones variables dependiendo del tipo de cepa. Merece destacar que el CBD actúa en el sistema nervioso central y NO produce efectos psicoactivos. Por tanto, además de sus efectos medicinales, reduce la ansiedad, taquicardia o alteración de la conciencia/psicoactividad, a diferencia del cannabinoide (THC), que sí produce efectos psicoactivos. 

El CBD no es una sustancia psicoactiva. No está fiscalizado como el THC. Es totalmente legal a nivel internacional siempre que no supere una concentración de THC del 0,3% (excepto países como Italia 0,6% y Suiza 1%). Desde Junio de 2018, la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) reconoció el cannabidiol como un medicamento autorizando Epidiolex, una formulación farmacéutica de CBD casi pura, como tratamiento de los trastornos convulsivos pediátricos graves.